viernes, 12 de octubre de 2012

Cerrando la persiana

Últimamente no hago más que recibir malas noticias gastronómicas. Es raro el mes que no me entero del cierre de algún restaurante en el cual de una mayor o menor manera he tenido una implicación personal o profesional.

Antes del verano cerró sus puertas el restaurante ilicitano Frisone, en el cual he tenido el placer y el orgullo de compartir muchos y buenos momentos en los últimos cinco años. He sido su sumiller colaborador realizando cursos, catas, eventos, maridajes y asesorándoles en sus cartas de vinos y platos. Es cierto que Elche es un lugar complicado para la gastronomía, pero aún me sigo preguntando las razones que han llevado a que este restaurante no haya cosechado el éxito que debería haber tenido. Lo tenía todo, una sala moderna y atractiva, una cocina solvente y variada, con una carta de vinos bien estructurada con unos precios muy razonables y su servicio de sala era atento y amable.

Hace unas semanas me despacho con que la barra de Ladis también ha cerrado. Todos los que estamos en este mundillo lo conocemos, Ladis ha sido, es y espero que siga siendo, uno de esos cocineros que tiene un prestigio bien ganado en nuestra ciudad. Su cocina siempre me ha parecido de una marcada tipicidad, con un respeto por la materia prima y dónde ésta siempre es reconocible. Sé que Ladis se volverá a reinventar y no tardará en volvernos a ofrecer su cocina.

Y para terminar y con todo el dolor de mi corazón, esta misma semana recibo la noticia de la mano de los propios implicados, y ésta no es otra que el Tabarca también ha tenido que tirar la toalla. Con Lorena y David, además de ser cliente me considero amigo y ha sido un palo duro. Su cambio de ubicación para intentar aumentar su clientela no ha sido suficiente. Allí he comido siempre de manera excepcional, el servicio en sala de Lorena era simplemente extraordinario, profesionalidad y calidez a raudales. Sin duda uno de los mejores arroces negros de mi vida, por no decir el mejor, salío de las manos de David. Su cocina estaba en lo más alto, espero que pronto nos vuelvan a sorprender. Ese tándem lo necesita esta ciudad.

Sólo espero y deseo que sea la última vez que tenga que escribir sobre el cierre de un restaurante en Alicante. Deseo fervientemente que estos cierres no sean un adiós, sino un hasta luego.

De todas formas hoy paseando por el centro de Alicante, he quedado gratamente sorprendido de ver en la zona de la plaza de correos varios nuevos restaurantes que tienen buena pinta. No tardaré en realizarles una visita.

Es gratificante ver que siguen habiendo "valientes" que se atreven a montar algo, con la que está cayendo.

Así que a apoyarlos de la mejor manera posible, es decir, ir lo antes posible y escribir sobre ellos. Prometo que lo haré.

1 comentario:

Pedrote dijo...

Vaya!! Me acabo de quedar muerto con lo del Tabarca. Recuerdo que hace pocos días estuvimos hablando de los magníficos arroces de David y de lo bien que lo hacía Lorena en la sala.
Además, ayer mi mujer me recordó que le debo un arroz en el Tabarca.
Espero que no tarden en montar algo nuevo. Son dos personas que valen un montón tanto en lo profesional como en lo humano.
Les deseo muchas suerte.